domingo 11 de enero de 2009
Entrada nº 3
80º aniversario de Tintín (2ª parte)
Continuamos con la reseña de Las aventuras de Tintín.
Tintín, el aventurero que se sigue reescribiendo
A diferencia de otros personajes de historieta, Tintín tuvo una carrera accidentada: sus álbunes fueron retocados en más de una ocasión para agilizar y resumir la acción y eliminar tramas innecesarias y elementos negativos o incluso ofensivos para el público. Sus primeras obras fueron las más manipuladas, excepto Tintín en el país de los Sóviets, que fue reimpresa en muy pocas ocasiones y sin ningún retoque, ya que Hergé nunca tuvo interés en reeditarla.
Las demás aventuras fueron modificadas a partir de 1946, redibujando las viñetas y reduciéndolas, de las originales 100 o 120 a 62 páginas por álbum; además fueron coloreadas. A fin de lograr un trabajo más prolijo, Hergé concibió un método de dibujo particular: la línea clara (más abajo se detalla este método), que ha influenciado tanto a sus asistentes como a numerosos artistas de varias generaciones.
Otro recurso del que se valió Hergé es el de la documentación para sus trabajos, a fin de ofrecer a los lectores una visión fiel y respetuosa del país o región que es retratado: en El loto azul, los carteles en chino que aparecen en la obra no son meros dibujos caligráficos, sino auténticas frases en ese idioma, a menudo de carácter político, denunciando la ocupación japonesa de la región china de Manchuria (1930-1945). Y el realismo de los libros Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna (se publicaron 15 años antes de las misiones Apolo a la Luna) hizo que la revista París-Match encargara a Hergé ilustrar la explicación de la misión del Apolo 12 (noviembre de 1969).
Su documentación llegó a ser tan precisa, que los periódicos de Bruselas del 4 de marzo de 1983 ilustraron con viñetas de Tintín tanto la muerte de Hergé como las demás noticias del día.
Aún así, la obra de Hergé continuó generando polémicas: Tintín en el Congo es un álbum que sigue siendo considerado como apología del racismo y del colonialismo, y ha recibido críticas por su desmedida violencia contra los animales. Y los indígenas son mostrados como indolentes y estúpidos (los elefantes hablan un perfecto francés mientras que los indígenas hablan una lengua con una sintaxis aproximada). Hace unos años, la Comisión para la Igualdad Racial británica (CRE en sus siglas en inglés) pidió a las librerías del Reino Unido que no colocaran el libro en su sección infantil. Como consecuencia de esta campaña en contra, las ventas de dicho álbum crecieron en un 4.000% en ese país.
A diferencia de otros personajes de historieta, Tintín tuvo una carrera accidentada: sus álbunes fueron retocados en más de una ocasión para agilizar y resumir la acción y eliminar tramas innecesarias y elementos negativos o incluso ofensivos para el público. Sus primeras obras fueron las más manipuladas, excepto Tintín en el país de los Sóviets, que fue reimpresa en muy pocas ocasiones y sin ningún retoque, ya que Hergé nunca tuvo interés en reeditarla.
Las demás aventuras fueron modificadas a partir de 1946, redibujando las viñetas y reduciéndolas, de las originales 100 o 120 a 62 páginas por álbum; además fueron coloreadas. A fin de lograr un trabajo más prolijo, Hergé concibió un método de dibujo particular: la línea clara (más abajo se detalla este método), que ha influenciado tanto a sus asistentes como a numerosos artistas de varias generaciones.
Otro recurso del que se valió Hergé es el de la documentación para sus trabajos, a fin de ofrecer a los lectores una visión fiel y respetuosa del país o región que es retratado: en El loto azul, los carteles en chino que aparecen en la obra no son meros dibujos caligráficos, sino auténticas frases en ese idioma, a menudo de carácter político, denunciando la ocupación japonesa de la región china de Manchuria (1930-1945). Y el realismo de los libros Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna (se publicaron 15 años antes de las misiones Apolo a la Luna) hizo que la revista París-Match encargara a Hergé ilustrar la explicación de la misión del Apolo 12 (noviembre de 1969).
Su documentación llegó a ser tan precisa, que los periódicos de Bruselas del 4 de marzo de 1983 ilustraron con viñetas de Tintín tanto la muerte de Hergé como las demás noticias del día.
Aún así, la obra de Hergé continuó generando polémicas: Tintín en el Congo es un álbum que sigue siendo considerado como apología del racismo y del colonialismo, y ha recibido críticas por su desmedida violencia contra los animales. Y los indígenas son mostrados como indolentes y estúpidos (los elefantes hablan un perfecto francés mientras que los indígenas hablan una lengua con una sintaxis aproximada). Hace unos años, la Comisión para la Igualdad Racial británica (CRE en sus siglas en inglés) pidió a las librerías del Reino Unido que no colocaran el libro en su sección infantil. Como consecuencia de esta campaña en contra, las ventas de dicho álbum crecieron en un 4.000% en ese país.
Por otro lado, de los álbunes previos a 1946 se les eliminó cualquier detalle que comprometiera el argumento de la aventura con hechos históricos contemporáneos. Pero La estrella misteriosa tiene sus defectos: El villano es un judío estadounidense llamado Blumenstein que se transformará en la segunda versión en el banquero del imaginario país latinoamericano de Sao Rico, Bohlwinkel. Y los científicos que componen una expedición pertenecen a países del Eje o neutrales, no hay ningún científico Aliado. Las modificaciones introducidas en 1952 suavizan un tanto el aire pronazi del argumento, aunque tampoco son sustanciales: Bohlwinkel sigue siendo un apellido judío (aunque menos reconocible que Blumenstein) y el personaje sigue teniendo los rasgos que se atribuyen a los judíos en la propaganda antisemita: gran nariz, gruesos labios...
Por último se "destaca" en esta lista negra el álbum Stock de coque (1958), que ha sido criticado por su visión estereotipada de los africanos, tanto en apariencia como en comportamiento; aunque obviamente de buen-corazón, los personajes negros son mostrados como infantiles y simples. El fin del álbum fue realizar una denuncia de la esclavitud, que afecta a musulmanes africanos en peregrinación a La Meca. Como Hergé fue tildado de racista, en 1967 se publicó una nueva edición del álbum, corregida, en la cual modificó la forma de expresarse de las víctimas del tráfico de esclavos. En la actualidad los álbunes de Tintín siguen encontrando obstáculos a la hora de ser vendidos en gran parte del mundo.
La creación de un álbum
Hergé es considerado el creador de la técnica de dibujo conocida como "línea clara", sistema con el que desarrolló sus aventuras. Los pasos que seguía eran los siguientes:
1) Escribía una sinopsis de dos o tres páginas
2) Procedía a planificar las planchas (páginas), esbozando croquis y tratado de mantener un elemento de suspenso al final de cada una de ellas
3) Después, en láminas de gran formato, hacía borradores de las páginas, que luego calcaba las veces necesarias para conseguir la versión definitiva
4) Se insertaban los diálogos y los decorados
5) Se pasaba a tinta y era enviada a la imprenta
6) Se aplicaba el color
Al rehacer las primeras aventuras en Le Journal de Tintín, redujo la extensión de páginas, de 100 o 120 a 62. Desde ese momento, todos los álbumes de Tintín respetaron ese formato, aunque algunas aventuras se narran en dos álbumes en lugar de en uno solo (como por ejemplo, Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna).
El término "línea clara" fue acuñado en 1973 y es la seña de identidad de la llamada "Escuela de Bruselas". La línea clara descarta los efectos de luz y sombra, las texturas y las graduaciones de color en favor de colores planos, sin matices, agilizando la comprensión de dibujo. El trazo no pretende ser expresivo y es de un espesor idéntico en todos los elementos del dibujo; las viñetas, casi siempre rectangulares, tienen una distribución regular en la página. Los movimientos de los personajes son siempre de izquierda a derecha, en el sentido de la lectura en los países occidentales.
Aunque los personajes están a medio camino entre lo realista y lo caricaturesco, los escenarios son minuciosos y repletos de detalles, fruto del trabajo de documentación que llevó a cabo Hergé. Se ha descrito en Las aventuras de Tintín una cierta "obsesión por el objeto", que llevó al dibujante a dibujar con meticulosa precisión todo tipo de cosas, que configuran lo que el mismo denominó el "museo imaginario de Tintín". Algunos de estos objetos se han convertido en auténticos iconos del siglo XX, como el cohete lunar a cuadros blancos y rojos de Aterrizaje en la Luna.
Continuará…
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