sábado, 6 de noviembre de 2010

El adiós a dos maestros

26 de junio de 2009

Entrada nº 24

El adiós a dos maestros


En las últimas horas la historieta argentina sufrió dos pérdidas irreparables: Andrés Cascioli (73) y Guillermo Guerrero (86).


Andrés Cascioli




Andrés Cascioli nació en Avellaneda en 1936 y siendo joven se inició en diseño publicitario y dibujo. En 1959 ingresó al departamento de publicidad de Pelikan. Fue director de arte en agencias de publicidad desde 1963 hasta 1972.

Su primer éxito editorial ocurrió cuando fundó, con Oscar Blotta, la revista de humor político Satiricón. Su primer número salió a la venta el 10 de noviembre de 1972.




Satiricón sufrió varias veces la censura y dejó de salir en septiembre de 1974, clausurada por el gobierno de María Estela Martínez de Perón. Luego la clausura fue levantada en diciembre de 1975, pero tras el golpe militar del ’76, fue clausurada nuevamente. Su último número, el 26, salió a la venta en marzo de aquel año. Con todo, Satiricón volvió a los kioscos en dos ocasiones: la primera, de noviembre de 1983 a octubre de 1986; y la segunda, en forma de Libro de Oro, en diciembre de 2004.




En 1978 Cascioli fundó Ediciones de la Urraca, con la cual editó la revista Hum® en junio de ese año. Hizo de dicha revista un semillero en el que se consagraron figuras tales como Fontanarrosa, Crist, Rep, Alejandro Dolina, etc. Audaz y temeraria como pocas, Hum® se atrevió a satirizar y criticar abiertamente a la dictadura militar desde todos los puntos de vista. Aún así tuvo varios problemas con la Junta, que entre otras cosas ordenó el secuestro de la tirada del número 97.






Luego de este incidente, el número 98 se convirtió en el más vendido de la revista, agotando una edición de 330.000 ejemplares. La revista, siempre de la mano de Cascioli, vivió sus mejores días durante el gobierno de Alfonsín; luego decayó poco a poco, dejando de salir en 1997.

Cascioli fue ampliamente distinguido a lo largo de su carrera. Hum® le valió el premio a la mejor revista satírica del mundo en Italia, en 1982. Dos años antes, la Biblioteca de los Estados Unidos consiguió cuatro de sus originales.

Luego del cierre de Hum®, Cascioli siguió con nuevos proyectos: En 1996 creó para el Grupo de Revistas de La Nación La Nación de los Chicos; en 1998 colaboró en la creación de la edición argentina de Rolling Stone, que aún se publica, y en 2001 asumió la dirección de la revista El Cacerolazo, de la Editorial Perfil.





En los últimos años editó varios libros en los que republicó lo mejor del material de su revista, bajo el título Humor recuperado; incluso el material de su libro 30 años de Humor Político fue objeto de una exposición en el Palais de Glace.


Guillermo Guerrero




Guillermo Guerrero nació en Buenos Aires el 26 de julio de 1923, y desde muy tierna edad descubrió sus dos pasiones: el dibujo y la aviación. Su primer publicación fue apenas a los siete años en la página de lectores de la revista Caras y Caretas, con un dibujos titulado “Ejercicio aéreo”, en el que dos aviones practicaban acrobacias.

Su primera experiencia profesional como dibujante fue en 1938, cuando comenzó a ser el ayudante del mítico dibujante Lino Palacio. Dos años después, el diario La Razón  publicó su primer dibujo humorístico: Villa Mosquete, 1625.

En 1941 fue uno de los dibujantes que tuvo el honor de conocer a Walt Disney, quien visitaba la Argentina para documentarse para trabajar en sus películas. Guerrero conservó una afectuosa carta como recuerdo de esa visita.

Mientras tanto, su labor como dibujante fue creciendo rápidamente, llegando a publicar en numerosos diarios y revistas, entre ellos Don Fulgencio, Bicho Feo, El Hogar, Tit-Bits, La Revista Dislocada, Avivato, Piantadino, Afanancio, etc, llegando a crear numerosos personajes, entre los que se destacan Lele Leré, Tatita, Riverito y Bocarin, Canelón el utilero, Rubita, Tanguito y Langosta, Al Feñique, Piedrito y Saurito, Mosca Kid, etc., además de hacer ilustraciones de cuentos y trabajos publicitarios.

En aquellos días iniciales conoció a Guillermo Divito, quien comenzaba a descollar con la revista Rico Tipo; en 1947 pasó a ser miembro permanente de su staff, y llegó a ser Jefe de Dibujantes hasta el cierre de la revista, en 1973.

En octubre de 1959 comenzó a colaborar en la revista Capicúa, y en su primer número hizo su primera aparición su personaje más famoso: Lúpin el Piloto.

En los pasillos de Rico Tipo conoció a su eterno socio en el 9no. arte: Héctor “Tito” Sídoli. Juntos fueron creciendo profesionalmente, hasta que en febrero de 1966, con la ayuda de Divito, lanzaron a los kioscos su propia publicación: la revista Lúpin. En ella, el piloto tuvo su propio espacio, permitiéndole a Guerrero la oportunidad de homenajear en sus páginas a los grandes personajes de la aviación. Con el tiempo, los mejores personajes de Guerrero y Sídoli aparecieron en las páginas de la revista, además de fomentar la lealtad de miles de lectores, al aparecer planos para armar de los aviones que se mencionaban en las historietas, artículos de electrónica computación, ecología, etc. Con el tiempo, la revista añadió un subtítulo: “La revista de las cositas útiles”.







Guerrero fue uno de los primeros socios de la Asociación de Dibujantes, vicepresidente del Círculo de Humoristas Argentinos, socio vitalicio del Aeroclub Argentino, miembro del Círculo de Escritores de Aeronáutica y de la Agrupación "Chajá" y secretario de la Junta de Estudios Históricos de Villa Urquiza, entidad que lo declaró Vecino Ilustre del barrio en el que siempre vivió.

En sus últimos años hubo más lugar para varias distinciones. En julio de 2002, el periódico zonal El Barrio de Villa Urquiza organizó una exposición de homenaje en el Museo Cornelio Saavedra, a la cual asistieron numerosos dibujantes y periodistas amigos. En 2003 Lúpin tuvo una curiosa exposición mediática cuando se descubrió el increíble parecido físico entre el personaje de historieta y el por entonces candidato presidencial, Néstor Kirchner. Con motivo de su cumpleaños número 80, una de las vitrinas del andén central de la estación Congreso de Tucumán de la línea D de subtes expuso durante seis meses algunos tesoros de la revista Lúpin, entre ellos el original de la tapa del número 1, y un modelo a escala del Ícaro I, el avión biplano del personaje.

En 2006, El Museo de la Caricatura Severo Vaccaro organizó una exposición para homenajear a la revista y a sus creadores. Al mismo tiempo, la Legislatura Porteña los declaró Ciudadanos Ilustres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con la muerte de Sídoli a fines de 2006, algunos problemas legales ocasionaron el cierre de la revista Lúpin, que a esas alturas era la única revista que quedaba de la época de oro de la historieta nacional; su último número, el 499, salió a la venta en abril de 2007. En junio, la revista volvió a los kioscos, con un nuevo número 1 y un nuevo título: Pinlu. En esta nueva etapa se publicaron solamente personajes de Guerrero, y con el tiempo aparecieron antiguos trabajos de Sídoli, inéditos para el público actual.









Ahora, con la partida de Guerrero, el futuro de Pinlu es incierto. ¿Seguirá saliendo la revista? Esperemos que así sea, ya que así sería un merecido homenaje a la trayectoria de uno de los dibujantes más conocidos y prolíficos de la historieta nacional.

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